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CAPITULO15 XI. El regreso de Gloria

Foto del escritor: wilson gaitanwilson gaitan

En su última carta hablaba de su regreso, el tiempo inexorablemente de casi dos años había transcurrido así como cuando se observan las corriente del cauce de algún río cuyas aguas aunque no son perceptible regresan ya sean por las fuentes subterráneas o a través de la lluvia, en esos tiempos de conversación con mi hermano Eduardo cerca a la llegada de Gloria, me dijo: - Usted está muy ilusionado en la llegada de Gloria, has pensado que el tiempo, las personas y otras causas externas la hayan cambiado y quizás cuando llegue no sea la misma que conociste... y todo sea solo una ilusión... por mi parte no había respuestas para sus preguntas… El amor es libre sin condiciones más vale amar intensamente que haber quedado sin el sabor de que pudo ser una victoria, pues el tiempo es aquello que anhelamos y al mirar atrás ya ha trascurrido. El día de la llegada de Gloria de Suiza un sábado a las tres de la tarde nos encontrábamos esperándola en el aeropuerto el Dorado en compañía de sus padres, familiares y amigos, yo estaba en la primera fila de espera llevaba entre mis manos como cinco docenas de rosas rojas, el mejor vestido, el mejor perfume... Con una cara de felicidad, talvez igual a un niño de siete años cuando por primera vez se le celebra sus cumpleaños con torta y piñata, para mí no importaba si había cambiado, si todo era una ilusión, si el tiempo se había arrastrado el primer amor tras los otoños de las hojas secas pues ella nunca se había ido de mi presencia, desde que la vi, siempre ha estado viviendo en mi mente y en mi corazón esa era la consigna de una voz que por casi dos años retumbaba en mí ser; de pronto me vi corriendo con las rosas rojas y ella se acercaba a mi encuentro, un abrazo y un beso, era suficiente para confirmar que el amor de los dos no había cambiado:

üDa gloria al hombre el amor correspondido: La esperanza trae fruto en el futuro incierto, la felicidad es hoy, el ayer ya se ha ido, ¿Cuánto queda por vivir? si el ayer ya ha muerto. El futuro se deslumbra en colores de acuarela o quizás en las figuras de las nubes flotando tras la imaginación, el presente anhela el vivir el instante tras el camino andando. ¿Qué me espera más allá del camino? si tan solo soy aquel que tiene necesidad de un suspiro cada segundo. ¿Qué es el domino? ¿cuál es mi fuerza?, ¿cuál es mi ansiedad? Es hoy que al mirar atrás de seguro alguien, mi mano tomo, sin consultarme, me ha guiado, en estos delicados pastos y fuentes cristalinas del edén… sé que es mi amado Señor Jesús, que ha tomado mi mano y me ha guiado.


El matrimonio: Pasado un año del regreso de Gloria ella con 24 años de edad y yo mayor un año, por la bondad de nuestro Dios nos el día 9 de diciembre de 2001 en la Hora 6:00 pm en el salón donde la vi por primera vez allí proclamados las palabras hasta que la muerte nos separe… al mirar alrededor del salón de aquella casa grande en el segundo piso cuyos ventanales se asemejaban a cuadros pintados a las paredes dejando ver las imágenes como extraídas del exterior del recinto con los arreglos florales, las cintas con sus decoraciones, las silla cómodas y decoradas, todo dispuesto para la ceremonia y entre la gran multitud de hermanos y hermanas en la fe en Cristo Jesús también estaba mi familia de sangre, mi Madre, Amparo, Yolanda, Eduardo, con sus familia; desde este punto de vista mirando sobre el hombro, el pasado se podía ver que el tiempo en la lejanía del pasado doloroso y angustioso dio como fruto hogares vigorosos, fuertes, amorosos y sanos en un contexto de una sociedad que tambalea por deshacer el honroso mandato del matrimonio, y allí mientras esperábamos la llegada de la novia, mi madre se levantó de la silla, vino junto a mí, me tomo de la mano y con voz baja me dijo: Aun eres mi pajarito de plumaje especial y ella por un momento guardo silencio, su rostro marchito por la inclemencia del sol y tantos sufrimientos, clavo en mi esa mirada de sus ojos que tiempos atrás eran cafés claros, ya eran de un color azul gris y corriendo lágrimas vertiginosas por su mejillas surcadas, frente a mí levanto su mano derecha, con sus dedos que no podía abrirlos plenamente, con su voz quebrantada me dijo: Yo te bendigo hoy en el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo, tú sabes que te amo mucho...La abrace fuertemente y le dije: lo sé.. lo sé... Mi madre se alejó con pasos lentos y se sentó, quizás con esfuerzo inmenso conteniendo sus lágrimas y sollozos y su alma con dolor y felicidad, dos sentimientos que se mezclan los cuales son difícil de controlar, allá la vi presionando los labios para no dejar salir a flote los sentimientos y es que el amor de madre nos destroza nos vuelve como la cera a través del calor, allí permanecí de pie vestido de novio y el ramo de flores blancas en la mano… He aprendido en la vida que, aunque nos ahoguemos de dolor y dentro queremos gritar, el rostro hay que permanecerlo intacto con una sonrisa y la voz tranquila y pausada, de repente se escuchó los murmullos de voces: Llego la novia, la mayoría de los asistentes se levantaron a ver por los ventanales la llegada de la novia. Baje presurosamente las escaleras y allí en la entrada estaba mi amada, vestida tal como una real princesa; en las escaleras de un lado estaban los jóvenes con sus trajes negros y camisa blanca, con sus brazos levantadas con Biblia en sus manos y en el otro lado de las amplias escaleras estaban las jovencitas con vestidos especiales, sus manos levantadas y en sus manos con una rosa roja, el piso como alfombras con pétalos de rosas, tome la mano de la que en poco tiempo pasaría a ser mi esposa y juntos caminamos por lo que se asemejaba a un túnel, subimos escalón por escalos de la amplia escalera, al culminar allí de pie de lado a lado estaban el padre de Gloria y mi madre, se escuchó el sonido de la música del piano, tomados del brazo de nuestros padres caminamos al altar, allí de pie estaba el juez y a la vez era pastor de una comunidad cristiana que acto seguido realizo la ceremonia. Nuestros botos. Amor, respeto, cuidado, protección, en esta tierra mientras allá vida en los dos, delante de Dios y de todos los presentes.

ü Ante un altar: juramos nuestro amor, allí estábamos los dos frente a frente de un compromiso sublime, dando honor a tu mandamiento, de olor fragante y tomados de las manos hemos caminado, juntos muy juntos, en las manos del Señor Jesús, de nuestro salvador amado uniendo nuestras vidas en un manifiesto de hallar a la mujer virtuosa, tu mi linda princesa eres mi esposa, estoy para consentirte, te he anhelado, vuela alto y exhibe tus colores de mariposa.

ü Amarte: Hay sentimientos que encadenan y son dulce refugio en prisión, quiero ser tu eterno rehén o al menos por el resto de la vida. A gritos te ruego déjame amarte, deseo bañarme en tu cuerpo tomando de esas gotas de roció, extasiarme de toda tu esencia, ven… entrelaza muestras sombras, deja a un lado tu pudor, y tu miedo, deja que en las noches que la oscuridad nos envuelva, enloquecidos los sentimientos en tu piel. Cuando ya no sientas fuerza en tu cuerpo abandónate en el mío extasiado y abrazados muy juntos entre sabanas tras el sueño esperando el otro nuevo día.

ü Tu aroma: Expande mi universo del olfato del alma enamorado, del jardín en flor evoca la fragancia de miel, cual abeja enloquecido recorro tus campos floridos, palpo tus frutos apetitosos, embriagándome de tu néctar tus frutos tiemblan tras el roce de una mente temblorosa anhelante, rebosa la pasión en destellos, vibrantes en ilusión de la fragancia de la rosa amorosa y bajo el nido del hogar, en bendición, dos polluelos se levantan, Samuel y Jennifer, en cuidado y protección de Dios que es nuestro Emmanuel.



Conclusión: La intención de todo el mensaje de la corta historia que he podido contar de la fidelidad de Dios de ver como testigo al transcurrir el tiempo, su mano poderosa guiando a la familia Gaitán, es la historia cierta y verídica y además aprovecho para que mis hijos, sobrinos, familiares, generaciones por venir y amigos, conozcan la fragancia de las tragedias, el dolor, el abandono, la pobreza… y en estos tiempos de abundancia puedan confiar en el salvador el único fiel y verdadero el Señor Jesús y recibir fuerzas como las de los rinocerontes y alas como las águilas, emprendiendo su viajes tras las corrientes de los aires y de vez en cuando por los desierto que cada ser humano debe sortear sabiendo que Él siempre está a su lado y te lleva de la mano. Para consolación de muchos corazones le dejo este hermoso pasaje en el cual me puedo identificar y sé que muchos al igual que yo recibirán consuelo y paz en los corazones: - Jabés… Cuando su madre le puso ese nombre, dijo: ¨ Con aflicción lo he dado a luz ¨. Jabés le rogó al Dios de Israel: Bendíceme y ensancha mi territorio; ayúdame y líbrame del mal, para que no padezca aflicción. Y Dios le concedió su petición. 1 Crónicas 4: 9,10 Santa Biblia Nueva versión Internacional.



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